Chútamela ya, que el maquillaje corrido casi llega a amargar el sabor dulce de mis labios.
No es solución vivir con ello, tampoco empezar de cero, la solución es empezar de cinco.
Frío y hielo, dolores en los riñones... La solución es diferente para cada uno pero siempre está dentro de cada uno.
Los culpables siempre son los demás, pero si esto lo pensara cada uno no habría culpables.
Pienso y me dejo traslucir entre líneas de disociaciones emocionales sin sentido, pero dolorosas cual menstruación.
Sólo quiero hacerte el amor y dejarme abrazar haciéndome la dormida, despierta sintiendo sus caricias.
Las copas de vino llegan a su fin, "tenemos que hablar", dos semanas después, igual.
Lloro y río, te acaricio el rostro, te beso y lloro. El peso de las emociones en mi alma me hiere como latigazos a esclavos egipcios.
Escóndete bajo la almohada y desaparece.
Adiós.
Mararía, si muriese mañana le diría "te quiero".