Compendio de todo esto de nada.

Mato y no muero, el poder que otorga la juventud porque son las horas que son y no puedo dormir; me estoy volviendo loca con tanto ulular.
Una calada, amarga o no, pero deseando que ellos de mayores se hagan conocidos para que todos puedan disfrutar de la dulzura que emanaban, porque hoy el café amargo supo dulce y hoy no hay música que satisfaga mis oídos.

La belleza de la simpleza...

...la ropa blanca tendida refulgía y el tren que se iba brillaba con luces de amanecer.

Y yo, mientras tanto, parada en mi silla contemplando todo y nada.




domingo, 23 de mayo de 2010

Por las tardes.


Me levanto por las tardes o por las noches, depende de si disfruté del amanecer y de media mañana o no.
Cuando me despierto estoy horas y horas pensando si estoy durmiendo o ya estoy despierta, es entonces cuando aprovecho para imaginarme lo que quiero que pase y cuando me levanto y me enciendo un cigarrillo parece que lo que yo imaginé adrede es un sueño. He perdido toda consciencia.


Mararía, han pasado ya veinte horas.