Compendio de todo esto de nada.

Mato y no muero, el poder que otorga la juventud porque son las horas que son y no puedo dormir; me estoy volviendo loca con tanto ulular.
Una calada, amarga o no, pero deseando que ellos de mayores se hagan conocidos para que todos puedan disfrutar de la dulzura que emanaban, porque hoy el café amargo supo dulce y hoy no hay música que satisfaga mis oídos.

La belleza de la simpleza...

...la ropa blanca tendida refulgía y el tren que se iba brillaba con luces de amanecer.

Y yo, mientras tanto, parada en mi silla contemplando todo y nada.




viernes, 29 de enero de 2010

Tres crós crós crós.


Mi cerebro que hace crócrócró me decía que ya era hora de publicar, que ya llevaba ocho comentarios en una entrada y que yo no podía ser tan acaparadora, aunque fuera buena, aunque fuera mala.
Pero ni la luz que se cuela por el balcón y me da en la cara (en mi habitación anochece a las catorce horas, ¡malditas montañas de cemento!), ni la luz de las velas, ni el aceite que se evapora, ni las bombillas, ni siquiera la oscuridad me inspiran.
Y es que cuando una pashmina negra te aprieta la cabeza no puedes hacer nada más que vegetalizar hasta que acabemos destilando alcohol de nuestras entrañas.
Eso sí, perfumado, frutal, manzana, melocotón y fresa, pero... ¿dónde está el olor a sexo?
En la tercera gaveta de la mesita de noche.
Ocho son pocos, para mí muchos, porque el ocho torcido es el infinito, y lo de infinito+1 que decía cuando me peleaba con mi hermana, no existe.
Porque hoy soy de letras y me ha dado por los números:
120 unidades por bolsa.
30 gramos por paquetito.
60 hojas por librillo
12 páginas por calendario.
50 mililitros por botellín de colonia cara/barata.

8 torcido besos para que se repartan por el cielo.

Mararía, llevo un rato con la cabeza de lado...

lunes, 18 de enero de 2010

Hey.


Punk is not dead,




is fucking!!!