Compendio de todo esto de nada.

Mato y no muero, el poder que otorga la juventud porque son las horas que son y no puedo dormir; me estoy volviendo loca con tanto ulular.
Una calada, amarga o no, pero deseando que ellos de mayores se hagan conocidos para que todos puedan disfrutar de la dulzura que emanaban, porque hoy el café amargo supo dulce y hoy no hay música que satisfaga mis oídos.

La belleza de la simpleza...

...la ropa blanca tendida refulgía y el tren que se iba brillaba con luces de amanecer.

Y yo, mientras tanto, parada en mi silla contemplando todo y nada.




jueves, 25 de marzo de 2010

Alfa y omega... o eterna.

Párpados que caen y tan siquiera tras veinte horas de caída logran levantarse. Postura del pensador, no porque piense sino porque no puedo con mi cuerpo. Y ahora viene el tercer y último día, el último día, la muerte de la vigilia ya llegó ¡Oh! ¡Vete, zorra!


Hago como la que toma apuntes y no escribo, no no no...
Yo no pienso, yo no escribo, jajaja, blablabla, no me estoy volviendo loca, siempre lo he estado...
¡Jódanse!

Mararía, maldita cordura efímera.