Compendio de todo esto de nada.

Mato y no muero, el poder que otorga la juventud porque son las horas que son y no puedo dormir; me estoy volviendo loca con tanto ulular.
Una calada, amarga o no, pero deseando que ellos de mayores se hagan conocidos para que todos puedan disfrutar de la dulzura que emanaban, porque hoy el café amargo supo dulce y hoy no hay música que satisfaga mis oídos.

La belleza de la simpleza...

...la ropa blanca tendida refulgía y el tren que se iba brillaba con luces de amanecer.

Y yo, mientras tanto, parada en mi silla contemplando todo y nada.




sábado, 19 de diciembre de 2009

No hay... ni... ni tampoco...

Somos las desamadas.
No vivimos la vida, estamos despiertas hasta que se nos apaga el fuego de las venas, para nosotras no existe la luz, a excepción las luces que indican el cierre de las discotecas, tan sólo hemos visto amaneceres estando ebrias y al llegar a casa, concluyendo aquél amanecer, bajamos las persianas y cerramos bien fuerte los ojos mientras la cerveza y la comida con muuucha salsa nos baja por la garganta de lija, ronca perdida. Nuestra vida es triste, ama y cree en dios nos decían, follamos y bebemos, es lo que decimos, y hacemos.
Una canción sensual y un poquito de amor carnal.
Otra noche en que la bomba ardió ya pasó.

Mararía, fiesta.

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