Compendio de todo esto de nada.

Mato y no muero, el poder que otorga la juventud porque son las horas que son y no puedo dormir; me estoy volviendo loca con tanto ulular.
Una calada, amarga o no, pero deseando que ellos de mayores se hagan conocidos para que todos puedan disfrutar de la dulzura que emanaban, porque hoy el café amargo supo dulce y hoy no hay música que satisfaga mis oídos.

La belleza de la simpleza...

...la ropa blanca tendida refulgía y el tren que se iba brillaba con luces de amanecer.

Y yo, mientras tanto, parada en mi silla contemplando todo y nada.




miércoles, 5 de agosto de 2009

Hoy no tengo palabras.

Ha unos días para acá, incluyendo hoy, que no tengo palabras, vivo sumida en la monotonía más absoluta y aburrida y encima me reformo del etilismo que no elitismo así que mi mente se consume entre litros y litros de agua placébica.


Y no tengo palabras porque hoy fui cómplice de una de las escenas más bonitas que he tenido en mi vida, intentaré hacer que se imaginen bien lo que fue.

Esta tarde, como todas las tardes, iba yo en camino al café y me senté en un escaparate de turistas a liarme un cigarrillo, fue entonces cuando reconocí lejanamente una melodía que sabía que me gustaba pero que no reconocía... Aparecieron en escena dos hermanos y una hermana, muy muy pequeños, cogiditos de las manitas y muy tiernos, silbando con perfecta coordinación uno de los terceros movimientos de Mozart, cuando mi cigarrillo en proceso cayó al suelo y yo embobada, sentada, contemplando la belleza, uno de los niños giró la cabeza y reparó en mí, cogí mis bártulos y me fui rápido.

Ojalá de mayores se hagan famosos o algo para que todos puedan disfrutar de la dulzura que emanaban porque hoy el café amargo supo dulce y hoy no hay música que satisfaga mis oídos.

Mararía, hoy se ha roto mi monotonía.

2 comentarios:

Unscented Flower dijo...

wiii ya se puede comentar

Ágape dijo...

No sé qué decir de este post xD Sorr Lau.