Compendio de todo esto de nada.

Mato y no muero, el poder que otorga la juventud porque son las horas que son y no puedo dormir; me estoy volviendo loca con tanto ulular.
Una calada, amarga o no, pero deseando que ellos de mayores se hagan conocidos para que todos puedan disfrutar de la dulzura que emanaban, porque hoy el café amargo supo dulce y hoy no hay música que satisfaga mis oídos.

La belleza de la simpleza...

...la ropa blanca tendida refulgía y el tren que se iba brillaba con luces de amanecer.

Y yo, mientras tanto, parada en mi silla contemplando todo y nada.




miércoles, 15 de julio de 2009

Pilares que se tambalean, cuando te toca vivir una vida que no has elegido.

Hay mucho hielo de por medio y, sin embargo, la tensión está baja. Hace unos días hice una de las dos visistas al año que hago a mi padre, siempre lo notaba más viejo, más cansado; pero esta vez no, esta vez estaba más vital, venga vamos a pasear y a hartarnos de helado. Parece como si la energía que consiguió se la robara a mi madre, mea mater, que merece tropecientos mil monumentos, es la única persona que ha conseguido aplacar mi locura.
Estoy sentada en una silla incómoda ¿cómo hacen que los viejos esperen ahí horas para ser atendidos?son unos inmorales bajo juramento hipócrita, apesta, se oyen toses sanguinolientas y se ven cuadros falsos de los feos, pero yo me mantengo impasible, un flujo de tranquilidad en el lugar de la histeria, por una vez me sentí canalizadora de energía positiva.
Hoy me siento poderosa.
Es resentimiento, lo que se siente cuando en la agrupación social donde has vivido siempre los roles se invierten, a la madre le toca hacer de adolescente, a la hija pequeña, la mimada, como siempre y a la hija mayor le toca intermediar y hacer de mamá.
Odio jugar a las casitas.


Mararía, tengo fortuna e infortunios.

1 comentarios:

Ágape dijo...

Hoy, simplemente, un abrazo lau :*